martes, 26 de marzo de 2013

Muchos acontecimientos

Hola a todos: hoy reanudo el blog después de más de un mes en el que han ocurrido muchas cosas. Algunos trascendentes al menos para los católicos pero no sólo, pienso que también para toda la Humanidad.
Me refiero a la designación del nuevo Papa de nombre Francisco en la persona del jesuita y Arzobispo de Buenos Aires Cardenal Jorge Mario Bertoglio. Muchas cosas tendré que comentar sobre todo lo acontecido entornó a todas estas cosas de Roma.
Ahora quisiera detenerme a algunos asuntos ocurridos anteriormente como todo el periodo de la Navidad pasada con el inmensos y entusiástico anuncio de la venida de Almudena, Álvaro que llegó algo más tarde y los niños Isabel, Álvaro y Jaime.
Como siempre la hemos pasado en Santo Domingo en un ambiente intensamente familiar. Para mi es una gozada disfrutar de la compañía de toda la familia. Por supuesto de los que pueden venir. Pero las ausencias de María y de Inés se suplen con el WhatsApp y el Skype. Unos grandes inventos, impensables hace sólo un lustro o algo más.
Lo más relevante ha sido tener a todos mis nietos, guapísimos, inquietos, ruidosos, incansables, simpatiquísimos. Si "pero el abuelo me riñe". Parece que esto es lo único que a mi nieto Álvaro le ha quedado de toda la Navidad. Lo siento pero el abuelo no puede tolerar que se peguen.
Lo más preocupante de la Navidad son los traslados de Madrid a Santo Domingo y la vuelta a Madrid. La sobrecarga de peso y trabajo. Sobre todo las idas. Hay mucho más que llevar que traer. Somos cada vez más mayores. Lo peor es para Paquita. Las comidas, la ubicación de cada matrimonio y de los niños, la sobrecarga de trabajo, la organización de la casa. Una verdadera pesadilla para mi mujer, la Abuela. Así con mayúscula. Pero aún asi somos los abuelos, los que más disfrutamos aunque ella a veces no lo reconozca.
El momento más crepitante intenso es la noche de los regalos. Suele casi siempre ser la noche del 24 al 25 cuando ocurre para los mayores. Para los pequeños es el despertar de la Navidad.Tremendo el escándalo de gritos, nervios, carreras, llantos porque no se han puesto las pilas de los juguetes y por supuesto no funcionan, etc. No penséis que los nervios son sólo de los niños. Alguna de mis hijas desde la tarde antes de ir a Misa y de la cena ya está como un flan. Pero para todos es muy emocionante entrar en el salón donde esta el Belén.
Así, como otros tantos años, ha sido la Navidad pasada pero cada vez más mayores, más pesó, más cuesta arriba para ella, la abuela Paqui.
De nuevo la vuelta a Madrid es como un remanso de paz y de "sordera". Solo los dos dispuestos a reanudar nuestra vida cotidiana y a reponerse en un baño de tranquilidad pero no dejamos de recordar todas los detalles de los días pasados que aun lo dicho, han sido extrardinariamente felices. Aunque terminamos concluyendo como todos los años que éste será el último año y que tenemos que pensar en un plan de Navidad que sea unos días de verdadero descanso para mama.



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